lunes, 15 de julio de 2013

Hace cuatro años.....

Sería arriesgado y algo presuntuoso decir que mi vida cambio hace cuatro años, en realidad no fue el momento justo en que cambio, fue el inicio de toda una transformación, aunque amaba a mi hijo desde antes de siquiera concebirlo, nunca me imagine todo lo que llegaría a cambiar en mi y la clase de madre en que me convertiría, hoy agradezco a Dios y a la vida por este pequeño niño que ha puesto al lado de mi esposo y mío para cuidarlo, para enseñarle, para instruirlo, pero sobre todo para amarlo y que nos ame, como ya lo he dicho antes mi hijo ha venido a ser uno de mis mejores maestros de vida, tan pequeño y alegra mis mañanas con una sonrisa, mis días cansados no son nada con un abrazo, tiene la maravillosa capacidad de hacer desaparecer la tristeza con un “te amo”, mi hijo no es perfecto para muchos, pero para mi es lo más maravilloso y grandioso que existe, lo amo completo, sin dudas….

Si bien ya sabía que mi esposo era un hombre maravilloso (por algo me enamore), nuestro Leo me vino a mostrar el extraordinario padre que es. Igual con mis hermanas, ya sabía que eran unas súper tías, pero con mi hijo lo mega confirme, estoy agradecida por eso, porque mi hijo tiene a las mejores tías que podía haber siquiera imaginado, mi hermano a quien tanto critique en su forma de ser padre, me vino a mostrar el maravilloso tío que podía ser…. Mis cuñados que aman tanto a mi hijo son también los mejores tíos, y mi hijo los ama tanto. Me encanta ver como mi hijo juega con sus tíos y yo veo que serán unos estupendos padres.

Quiero ser la mejor madre para mi hijo, pero no lo soy, lo sé y lo acepto, aunque lo intento, sin embargo agradezco tanto que tengo a mis hermanas con sus esposos y a mi hermano y su esposa que son los mejores y más consentidores tíos que existen, son sin duda esos tíos que a mi me hubiera encantado tener y de sus abuelos ni hablemos, mi mamá es la abuela más consentidora del mundo, su otra abuela aunque ya no esta con nosotros, estoy segura que si estuviera sería el niño todavía más mimado, sus abuelos los dos también lo adoran y lo consienten tanto, tenemos un niño muy afortunado y de pronto nosotros nos volvemos afortunados por tenerlo a él, por hacernos tan felices, por enseñarnos tanto, por cada sonrisa, por cada abrazo, por cada lección, por cada palabra, por cada lagrima inevitable.

Sin lugar a dudas mi vida comenzó a transformarse hace cuatro años y ya no quisiera, ni me imagino mi vida de otra forma.

Gracias Leo por tanto cariño, por lo indescifrable, por la fortaleza, por mostrarnos lo valioso que es un desvelo, por hacernos reír, por las preocupaciones, por los juegos, por los sueños compartidos, por las preguntas, por las respuestas, por las carcajadas, por los libros leídos, por los juegos inventados, por el tiempo, las comidas, las lagrimas, los jugos de naranja, por los plátanos (perdón las bananas), por el asombro, por los gritos, por los besos ruidosos, por los besos esquimales, por los “te amo”, gracias por tantos castillos, tantos monstruos, tantos dragones, por ser nuestro héroe y dejarnos ser héroes contigo, por nuestra singular vida, gracias por ser nuestro hijo y enseñarnos tanto, gracias por permitirnos ser tus padres y aprender, gracias por tanto amor y cariño.

Te amamos por siempre y para siempre, como dices “al infinito y más allá”, hasta la eternidad. J